Empecé la terapia con Talita allá por 2020, a raíz de un tema de salud que a mí me parecía algo “poco importante” y “solucionable con una pastilla” y que ella me hizo ver como algo de entidad, y reflejo de un funcionamiento sistémico por debajo de lo deseable. Al principio fue difícil, diría.
Análisis de sangre, cambios de alimentación, suplementación, algún que otro conflicto cognitivo…pero luego de sostener esta incomodidades, llegaron las evidencias: el cuerpo funciona mejor, hay más energía disponible, se está de buen humor. En estos años de “construir salud”, como ella lo llama, he construido también conocimiento de cuál es mi naturaleza, cómo funciona mi cuerpo, cuáles son mis debilidades. Y, dado que el cuerpo no es estático, sino vivo y cambiante, van apareciendo otras cuestiones, nuevos retos, que dan la oportunidad de profundizar en ese conocimiento de su mano. Talita sabe mucho, mucho, de lo que habla. Y es esa constatación la que me ha hecho confiar y poder recorrer este ya largo camino con ella. Le estoy profundamente agradecida, porque mi salud y mi vida han mejorado Gracias a la terapia con ella.