El diagnóstico de hiper o hipotiroidismo puede ser abrumador, pero es fundamental abordar la situación con una estrategia integral antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico. En algunos casos, realizar un análisis exhaustivo y abordar posibles desequilibrios subyacentes podría incluso evitar la necesidad de medicación. Aquí te explico cómo proceder para cuidar de tu salud tiroidea de manera efectiva.
1. Revisión del perfil tiroideo completo
Antes de decidir cualquier tratamiento, es esencial realizar un perfil tiroideo completo que permita diferenciar con precisión el tipo de disfunción tiroidea. Esto incluye:
• TSH (Hormona Estimulante de la Tiroides): Producida por la hipófisis, regula la función tiroidea.
• T4 (tiroxina) total y libre: Hormona tiroidea primaria.
• T3 (triyodotironina) total, libre y reversa: Importante para evaluar la conversión de T4 en T3 activa.
• Anticuerpos tiroideos:
• Anti-TPO (antiperoxidasa tiroidea).
• Anti-tiroglobulina.
• Anti-TSH.
• TRH (Hormona Liberadora de Tirotropina): Indica cómo el hipotálamo regula la liberación de TSH.
🔗 Estudios recientes sugieren que un enfoque más detallado puede revelar disfunciones subclínicas y autoinmunes que pasan desapercibidas con análisis estándar [1,2].
2. Evaluación del perfil nutricional básico
La deficiencia o el exceso de ciertos nutrientes, especialmente si se prolongan en el tiempo, pueden afectar la función tiroidea al alterar la síntesis hormonal o la conversión de T4 en T3. Optimizar el estado nutricional y reducir la inflamación son pasos clave para recuperar el equilibrio hormonal. Analiza los siguientes marcadores:
1. Vitaminas del complejo B: B12, B9 (ácido fólico) y B6, esenciales para el metabolismo energético y la regulación hormonal.
2. Minerales clave:
• Ferritina y su saturación (indicadores de reservas de hierro).
• Cobre, selenio y zinc: Cofactores necesarios para la conversión de T4 a T3 [3].
• Magnesio: Importante en la modulación tiroidea.
• Vitamina D: Niveles bajos se asocian con enfermedades autoinmunes, incluida la tiroiditis [4].
3. Yodo en orina (24 horas): Permite evaluar la disponibilidad de este mineral esencial para la síntesis de hormonas tiroideas.
🔗 Estudios relevantes han señalado que el déficit de micronutrientes como selenio y zinc puede exacerbar trastornos tiroideos, mientras que la suplementación adecuada mejora los marcadores hormonales y la calidad de vida [5,6].
3. Perfil de ácidos grasos esenciales
Aunque menos accesible, el análisis de los ácidos grasos omega-3 y omega-6 puede ser crucial, ya que un desequilibrio puede agravar la inflamación sistémica. En España, laboratorios como Synlab o Teletest ofrecen este tipo de pruebas de forma privada.
4. Parámetros inflamatorios
La inflamación crónica puede interferir con el funcionamiento tiroideo, afectando la síntesis de TSH y distorsionando los resultados analíticos. Considera incluir:
• VSG (Velocidad de Sedimentación Globular).
• PCRus (Proteína C Reactiva ultrasensible).
• Fibrinógeno.
• Homocisteína.
🔗 Investigaciones recientes han mostrado una correlación directa entre la inflamación sistémica y la disfunción tiroidea, especialmente en condiciones autoinmunes [7].
5. Evaluación de infecciones víricas
Algunas infecciones virales crónicas están vinculadas a la disfunción tiroidea, especialmente las autoinmunes:
• Epstein-Barr (IgG e IgM).
• Citomegalovirus (IgG e IgM).
Además, estudios preliminares han señalado un impacto negativo del SARS-CoV-2 (COVID-19) en la función tiroidea, asociándose con casos de tiroiditis subaguda y autoinmunidad [8].
6. Pruebas de celiaquía y sensibilidad al gluten
El gluten puede desencadenar o agravar disfunciones tiroideas, particularmente en personas con predisposición autoinmune. Por ello, verificar la presencia de celiaquía o sensibilidad al gluten es esencial:
• Anticuerpos específicos:
• Anti-transglutaminasa (IgA e IgG).
• Anti-endomisio (IgA e IgG).
• Anti-gliadina DGP (IgA e IgG).
• Genética: HLA-DQ2 y HLA-DQ8.
Aunque no seas celíaco, eliminar el gluten puede beneficiar significativamente la salud tiroidea, como lo confirman diversos estudios [9].
7. Test de sensibilidad alimentaria y alergias
Las reacciones alimentarias mediadas por IgG e IgE pueden contribuir a la inflamación crónica, afectando la tiroides de manera indirecta.
8. Trabajo integrativo con un profesional de salud
Con toda esta información, es fundamental contar con un profesional de la salud que pueda analizar tus resultados con una visión funcional y personalizada, más allá de los rangos estándar de referencia. Un enfoque integrativo te permitirá:
• Optimizar tu calidad de vida.
• Evitar complicaciones asociadas con las disfunciones tiroideas.
• Minimizar, e incluso prescindir, de la medicación en algunos casos.
Trabajar desde un enfoque nutricional, hormonal e inflamatorio te ayudará a recuperar tu salud de manera sostenible.
Conclusión: hacia una salud tiroidea óptima
El hiper o hipotiroidismo no es una sentencia, sino un punto de partida para entender cómo tu cuerpo responde a múltiples factores: nutricionales, hormonales, inflamatorios e inmunológicos. Con un análisis exhaustivo y un enfoque integrador, puedes no solo mejorar tu pronóstico, sino también lograr una vitalidad renovada.
🔗 Referencias:
1. McLeod, D. S. A., & Cooper, D. S. (2020). “The Incidence and Prevalence of Thyroid Dysfunction.” Endocrinology & Metabolism Clinics.
2. Biondi, B., et al. (2019). “Subclinical thyroid dysfunction and cardiovascular risk.” Frontiers in Endocrinology.
3. Chaker, L., et al. (2017). “Hypothyroidism.” The Lancet.
4. Zhao, W., et al. (2014). “Vitamin D deficiency and thyroid diseases.” Endocrine Practice.
5. Rayman, M. P. (2012). “Selenium and human health.” The Lancet.
6. Duntas, L. H. (2010). “Selenium and the thyroid: a close-knit connection.” Nature Reviews Endocrinology.
7. Rotondi, M., et al. (2018). “Thyroidal effects of SARS-CoV-2 infection.” Nature Reviews Endocrinology.
8. Virili, C., et al. (2015). “Thyroid dysfunction induced by nutritional deficiencies.” Nature Clinical Practice Endocrinology & Metabolism.
9. Kahaly, G. J., et al. (2018). “Gluten-free diet in autoimmune thyroiditis.” Frontiers in Endocrinology.
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